Como en un pozo subterráneo
entierran todo: palabras, niños o
albergues. Rincones o zaguanes
carnes vehementes o trozos de saliva.
Ahí sepultan todo: memorias, recuerdos,
sombras de esqueletos, y vidas.
Dicen que hay cultura; que hay luna
y que hay brillo. Mas el océano
es igual de océano, sin tanta espuma.
A mí me gusta lo áspero, lo que corta
como una cuchilla, y es eminentemente
práctico. Declaraciones de brillos, o de
ausencias, no hay que tragárselo todo.
Dicen que hay que cultura. Veremos.
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