Con ternura y comprensión
sequé las lágrimas de tus ojos
y contemplé su oscuridad mística
del color de azabache,
pero aun más precioso
Sus secretos encerrados en silencio
mi curiosidad despertaron, para encontrar
la llave y brindarle mi consuelo,
derritiendo paulatinamente con cariño
su máscara de escarche invernal
Un día de verano sus secretos me los susurró,
y la luna intrépida dió fe
de dos cuerpos en armonía entrelazados,
mientras en nuestras ardientes cascadas
nos bautizamos
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