Dejémosle que beba ensimismado su luna y su granito,
la besé tantas veces bajo el cielo infinito,
la libertad ajena amplía mi libertad al infinito,
mi sueño de un puerto infinito.
El cansancio anticipado e infinito,
me entregue incógnito,
sombras de humo negro o de granito,
en esa boquita tan linda, hasta las malas palabras se escuchan bonito.
Mañana, al infinito,
y así, hasta el infinito,
y la fatiga sigue, y el dolor infinito,
es más grande que el infinito.
Voy haciendo de todas un collar infinito.
ARGON