Ve afuera
a buscar
la esencia
de lo que estás
hecho por dentro;
el albur
de ser ángel
o demonio,
de haber tomado
ese tren
o de haber bajado a tiempo.
Ve afuera
que sopla el viento
y ya llega
el resplandor
de mayo sobre
las piedras
de las calles
de los pueblos abandonados.
Ve afuera que,
de todas formas,
nos encontrará
el olvido.