En esta bella noche
otoñal de plenilunio,
por mi ventana vislumbro
nubes, que viajan serenas
dibujando fantoches.
Detengo la mirada
en unas que se van uniendo,
como las pinceladas
expertas de un artista.
El dibujo es un rostro
de definidos contornos
que me trae, ilusionado,
tu recuerdo cariñoso.
¿Una burla del destino?
Puede ser,
porque digo, a todo aquel
que quiera oír
que hace mucho te olvidé,
que hoy, sos nada
en mi vivir.
¿Es una advertencia
que me llega,
desde los confines del cielo,
para decirme,
¡no mientas más!?
Reconoce esta verdad
¡la llevas enredada en las entrañas
y negarlo, no sirve de consuelo!