He llorado tanto por ti que ya no tengo lágrimas para derramar.
Le he rogado tanto al “Cielo” para que vuelvas conmigo, que parece, ya no será.
Cada día te recuerdo tanto que pareciera que estuvieras conmigo a pesar
Que estas tan lejos.
Mis noches son eternas sin ti, sin la calidez de tu cuerpo junto al mío.
He recorrido miles de caminos tratando de buscarte, pero no he podido encontrarte.
He contemplado cientos de estrellas en las noches estrelladas, pero en ninguna de ellas
He podido hallar a tus ojitos que iluminen mi vida ingrata.
Miro a mi jardín y le pregunto a las flores por ti, y ellas no me responden pues comprenden
Mi tristeza sin final.
Otra vez le he suplicado al “Cielo” que me arrebate la vida, porque sin ti mi vida no es vida, sino
Que una lenta y penosa agonía.
A veces, cuando escucho el trinar de las avecillas pareciera que escucho tu risa, y…rio, rio como
Un loco. La gente me mira pensando que estoy loco…,
¡Qué bah, si ya estoy loco!, loco por tenerte a mi lado otra vez!
No sé si la vida o Dios me concederán esa dicha. Lo único que sé es que mi alma por ti suspira.
Cada parte de mi cuerpo extraña tanto cada recodo de tu exuberante anatomía.
Mis manos ansían recorrer cada rincón de tu cuerpo, y mis manos hacer florecer en los tuyos en
Mil besos, de esos que hacían encender la dulce hoguera del deseo.
Pero no te tengo, y en el frio atroz de este mundo impío lentamente me estoy muriendo,
Lentamente me estoy muriendo....