Mi princesa de ojos cafés
me ama de manera absoluta,
me entrego en colores brillantes y mates
a tí, mi musa disoluta.
Disoluta bienaventurada,
de mirada y alma bondadosa.
Cualquiera a tu lado tendría una vida temerosa,
porque no podrían con una mujer tan poderosa.
Y no es adulación
sino simple admiración.
Mujer amada, mujer mía,
sino te tuviera, ¡qué vida más vacía!
Nuestro tiempo ha sido fabuloso,
porque a tu lado todo es hermoso.
Y si hago, entre la gente, animadversión
es porque no quiero que te den atención.
Piensa en mí,
como yo pienso en tí.
Cada vez que escucho tu \"te amo\",
mi alma se estremece y te grita \"te amo\".
Víveme sin prisa,
ámame sin miedo,
que yo preciso amarte,
y a perderte, tengo miedo.
Marco Antonio Saborío Parreaguirre.