Es difícil pensar al despertar
en un día nublado, pero cálido.
Pienso en tus besos al amanecer
y en tus caricias al anochecer.
Que pasará, ahora que el tiempo
recuperó el recuerdo y no deja
paso al olvido enmohecido en
el fondo de un triste cajón.
Dime amor; que puedo hacer
si mi cuerpo te clama y mi
corazón te rechaza sin saber
lo lejos que tú, estás de mi.
El destino es caprichoso
tambien melancólico, y es
que el alma quema la vida
y espera su presa en la tierra.
© Nuria de Espinosa