Estrellas
en el brillo
en el brillo de tus ojos,
trayendo la luz,
aquella luz y esa alegría
que sólo tu sonrisa
puede elevar
en cometas largas
de tu pelo;
también
en el viento sereno
de la noche,
como tu risa
y tu voz
como de bosque,
hablándome
de verdes sueños
que perduran
en el manantial
de tu boca.
En la noche te pienso,
te pienso
a través
de aquella piel oscura,
vestida de estrellas,
de tus lunares,
que en el ritmo de guitarras
o de cigarras
y murmullos de olas
llaman a mí,
a este puerto azul,
donde después del mar
la ausencia queda.
En aquel piélago
te pienso eterna,
sobre la brisa tumbada,
bebiendo yo
a labios de sed,
tu piel
constelada
por el brillo
de estrellas.