Sobre ascuas encendidas he recorrido el sendero, dando pasitos muy lentos para escalar la montaña;
Fueron muchas las espinas y una que otra pesadumbre las que frenaron mi paso sin detener mi camino;
Tuve unos días muy grises y algunas noches muy claras, que formaron los cimientos para cumplir mi propósito;
Entre amigos y enemigos me tocó abrirme paso, mientras llegaba a la cima recibí más de un codazo.
Cuando miré para atrás me estaba esperando el diablo, al mirar hacia adelante me llamó un Ángel Divino…
Arriba de la montaña me encontré con unos cuantos, algunos me conocieron y todos a mí se abrazaron;
En medio de aquella euforia que ocasiona algunos logros, ignoré aquellas punzadas que adornaron mi faena…
Agradecer los demonios que me hicieron ver a Dios, agradecer por el golpe que me empujó hacia adelante.
Cuando me encontré en la cima, sonriendo miré hacia abajo; nada me era conocido, ni personas ni lugares…
Fue entonces cuando vi al Ángel que su mano me extendía, me ofrecía su voluntad para atender mi destino…
Esta vez no lo seguí y me quedé en las alturas, gozándome de placeres y también desconociendo que existen los otros seres…
Terminados ya los goces me miré y estaba sola… y aquí estoy al pie de la loma para reiniciar la cuesta de la mano de mi Ángel.