Huir de la cuarentena
La cuarentena me tiene estresado y aburrido
Sin anhelos, ni amores pasionarios de aquellos comprendidos
Me ha hecho recordar aquellos idilios perdidos
Encerrado entre cuatro paredes, añorando a un amor querido
Estoy rompiendo los barrotes de éste cruel confinamiento
Saltar de nuevo a la libertad, sin llantos de sufrimiento
Dejar atrás a ésta maldita pandemia, sin vacunas ni tratamiento
Caos terrible, que me ha alterado la vida y el temperamento
Salto al vacío, caigo al andén sucio de virus permanecido
Me aterra el miedo, pero el aire fresco es mi preferido
Las autoridades me persiguen, con disparos me han sorprendido
Zigzagueo en las calles solitarias, de sombras desconocido
Busco refugio en el muladar hediondo de una cantina
Me atiende una bandida, de escote de pudores clandestina
Se escucha el rechinar de botas y fusiles, de disparos repentinos
Me esconde entre sus enaguas, que el militar no examina
Se siente el sonar estrepitoso de la puerta, ahuyentando mis penas
Un aire frío y hediondo apesta al salir de sus piernas rellenas
Una cerveza burbujeante calma esta atroz cuarentena
Veo hermosa y duce a ésta salvadora vagabunda, como abeja en su colmena
Los manantiales llevan la sangre, que emanan de un adorable querer
Una cerveza tras otra, ya veo doble, es duro reconocer
Languidecen los recuerdos de las melodías, a lo lejos desaparecer
El pabilo de la llama se apaga, el amor se empieza a encender
El aislamiento por el virus, me llenó de llantos y amarguras
La gente por los ventanales y balcones, del intruso murmuran
Han avisado a la guardia y de un disparo, acabaron con mi osada aventura
Arrastraron mi cuerpo de escarmiento, sin velorio, ni sepultura
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga abril 29-2020