Ganas y hastío,
tal cual que no se llevan;
tantos amoríos
¡que la memoria ya conserva!
Cúbriéndose de canto,
de miel, y tambien que observa,
tantas avenidas,
y la mente que más se aferra.
Nos cuece qué decir
de las ganas como trampa,
como avispas en colmena
produciendo miel que al fin de cuentas,
el humano impedirá todo lo gozado.
Ya no me extraña tanta farsa,
tantos misterios que tienen respuesta,
tantos placeres que la vida
en tantos momentos congruentes,
se terminan descubriendo.
Tú ya no me sorprendes más,
estoy preparada con capucha y sombra, amuleto y escudo
y de amortiguador,
mi corazón como escopeta
que murió una tarde en mayo.
Bea Ramírez