Voy de celeste y blanco,
como un camaleón camuflado en el cielo,
en una triste ciudad de desencantos,
entre lagrimas ajenas sin consuelo
Voy caminando desde adentro,
estando inmóvil y queriendo dar saltos,
con el pueblo en lo más alto
y el poder en desconcierto
Voy escuchando voces desde lejos,
quizás vienen de la calle,
de afuera puede ser que estalle
y de aquí dentro quedar perplejos
Voy con los ojos cerrados triunfantes,
y aunque no lo vean voy con la bandera,
la mas sencilla y verdadera,
que hoy se muestra más flameante
De fracasos aprendimos,
o no sé si aprendimos tanto,
pero allí sigue nuestra celeste y blanco,
allí, en lo más alto,
sabiendo que no nos rendimos
Y es cierto que de tropiezos sabe nuestra historia,
y que quizás los villanos nunca desaparezcan,
pero los héroes que mañana florezcan
serán los frutos de nuestra memoria
Las tormentas que se avecinan,
y las catástrofes que soportamos,
aquí en el suelo que tanto amamos,
en nuestra querida Argentina.