Por las calles ruinosas de noviembre una libélula amaneció las arenas de nácar más allá de las fotos violetas que entonaron señales flirteos en pasadas ciudades del retamal fantasma… tumbo estuario de las batallas contra extramuros pregoneros… los niños rompientes se escuchan de las mañanas jorobas. Llamas fanciullas de húmedas borras en su largo occidente con voz de musgo, yo quisiera dulces perlinos sumergidos en amapolas y laberintos papiros a los vasos aguamaniles. Marionetas acéfalas se levantan azules a los címbalos caminantes y añoran formas silenciosas de monotonía, siluetas cenicientas de torres vacías, ella doliente pasa ensimismada soñando bengalíes flotantes de estatuas en la lluvia. Te quiero sobre el recuerdo alondra a su llamada atalaya.
Guidemerson C. do Prado
Creditos en la imagen: Michael Cheval 1966