Punto equidistante.
Anhelo del alma.
Ese punto luminoso
que irradia
toda nuestra vida,
es la vocación.
Ahogada por momentos
por los murmullos
del mundo,
de la rutina,
del cansancio
de este oficio de vivir,
ella se yergue
a un costado del camino,
guiándonos
por los senderos laberínticos.
A veces sólo anhelo
a veces plenitud,
vocación y vida
nacen y mueren
al unísono.