beirre

El ego mi propia sombra

Ahora es el ego mi propia sombra,
me agarraré al tiempo muy fuerte,
broté chorreante desde el cemento
caí en tus brazos posible ser inerte.

Calladamente pesa el oscuro pasillo,
recuerdos subyacentes sobre muerte
abalanzándose días cómo cuchillos
en horrible pensamiento de perderme.

Parece que no entiendo lo que escribo;
aquello que no calla nunca duerme,
recitando me recuerdo pensamientos
y mi cuerpo no parece contenerme.

Una nobleza pobre, que grita pesada
inteligible sin fortuna, sin nada
retumba en las paredes de mi cabeza
confundida entre tu voz es enredada.