Mi viaje
pueblo de ciruelos florecidos,
fuego en invierno,
La madera del bosque,
impregna la piel,
volviendo,
como los pumas furtivos,
desciende curioso a la ciudad
hecha de silencio y miedo.
Respira el aire,
bebe el agua,
sostienen tu vida,
el silencio es una copa de cristal,
la dulzura de la uva,
la embriaguez del vino,
el sonido del viento,
en las hojas limpias por la lluvia.
La ciudad quedó atrás,
siempre busco el refugio,
siempre busco una explicación,
cuando las respuestas se escapan,
cuando escapar tiene más cercos.
cuando el miedo
cambia los límites de la libertad.
Un niño,
el organillero de antaño,
sonido desordenado y mágico,
lo distrae, como pequeños juegos,
como los dulces de su piñata
como explicaremos que los sueños,
no son más que un collage,
la incoherencia en lo hacemos,
lo que decimos, lo que pensamos,
lo que sentimos, el organillero se va…
hay un silencio,
se escapa de nuestras manos,
las estrellas en la oscuridad de la noche…
Quizás se contenga el virus,
pero el hombre no detendrá
su desmembramiento…
alma lejana,
su naturaleza alejada del amor,
¿Qué explicación dará el silencio?