los plazos de la muerte no prescriben ni aun
respirando
a través de la sagrada túnica
el agua fluye
pero está envenenada de holocaustos
y así
contemplamos mancharse a la luz
todos
vestidos como sepulturero
con el cuerpo abrigado de aves infernales
adelante vemos cómo estalla
algo nuclear
libera una asfixia general
las palpitaciones
están al por mayor y no hay
suficiente fuego
para incinerar a las masas que buscan
carne y cura
turno de la sangre
de calavera
de la angustia irrompible
lo cotidiano de ayer
sería paraíso
a la medida de cada quien
cada quien con sus vivos
perversos
con sus muertos
ejemplares
sus tesoros o ruinas
pero creyendo que mañana todo
estará
intacto como las desgracias
conocidas desde siempre
tan nuestras