Nos dijeron, ¡cuarentena!
que en buen romance
quiere decir guardarse
para el desayuno, la cena
el almuerzo, y la merienda.
Debemos cuidar la piel
y también la que es ajena,
desechar el egoísmo.
Para abrir los corazones,
no pensar en uno mismo
brindándose a los demás,
¡hay miles de razones!.
La vida no es eterna,
nada llevaremos al partir.
Es de buen cristiano,
recordar que, ante Dios,
sin distinción, somos hermanos,
considerar, que el buen vivir
no es solo para mi,
es derecho universal.
Participemos con penas o alegrías
lo malo y lo bueno del destino,
pues, siempre hay en el camino
quien vive de todo escaso
y otro que posee hasta el hartazgo.
Por eso mi querido hermano
abramos bien grande la mano
y no solo, lo que nos sobra
sino también, lo que nos falta
gustosos ¡COMPARTAMOS!