Que el viento que eleva mis ropajes
me lleve allí, hasta tu vera,
para entregarte tus recuerdos muertos,
hombre necio que te niegas al olvido…
vaya lío sería lograrlo,
porque estaría allí, en tu nuca,
respirando mis ansias y mis caprichos,
queriendo poseer, lo que estuvo nunca…
que no te confundan mis palabras,
ni las mires con tu gran lupa,
solo juego con ellas,
con mi mente y con la tuya.
Marlene Carrillo Vela