I
Soberano el pensamiento,
del hijo olvidado,
soberana su lengua,
imberbe y temprana,
magnifica perturbaciòn y gallardía.
II
Inocencia perdida,
en el espeso bosque de sus llanos,
como los suelos ìndigos de sus quimeras,
que pavor, hay en sus calles.
III
Sufre el hombre que sacude su conciencia,
que agita sus canteras,
y canta con nobleza,
quiera dios, que digno sea,
el decoro de su gesta.
1520h747pm