Margarita.
Arrastro conmigo las estrellas
de mi abuela,
mi sangre está impregnada
de su sabiduría.
Esa mujer era un faro
que iluminaba la familia.
Un tractor desgarrando la tierra
para arrancar el fruto
diario que saciaba el hambre.
Arrastro conmigo su estirpe,
su entusiasmo y confianza
en la bondad de la vida.
Mis días y noches
resumen la certeza
de su fuerza arrolladora.
Arrastro conmigo el orgullo
de ser su retoño inteligente,
ese pequeño espacio de recuerdo
donde su luz me guía todavía,
en el que ella y yo
somos uno, en la eternidad.
Juan Bacot.