Entre tanta soledad,
prisioneros en la casa,
me siento en viejo sillón
miro un paisaje de plata;
me imagino muy feliz
en el Reino de las Almas,
un espacio de colores,
muchos duendes, muchas hadas;
y con un cuerpo invisible
piso muy leve el follaje,
y me deslizo entre las nubes
sobre unicornio, mi nave,
que me muestra maravillas
de una magia sabia y grande...