David Angel Cuerzola

BENEVOLENTE

Hacia el este ví un cielo muy vertical

justo al terminar la madrugada

Ninguna nube interrumpía la escena

Cuando una danza de estrellas 

parecían jugar a ser fuegos de 

artificio, titílos y destellos,

constelaciones combinadas 

en un paño estelar...

Despuntaban los deseos de sensibles 

óculos que renacían devenidos de la

habitual ubicación lunar...

Solo que esta vez no había ni luna, 

ni sol, ni cielo como techos...

No hay planos ni coordenadas,

Y es tan inmenso que cobijarlo

bastarían dos palmas de un niño...

O alcanzarlo, montar un colibrí,

para perderlo por un simple

acto reflejo...

de las pestañas...

Todo por esa otra parte de mi...

y todos los refusilos... 

 

                                          Derechos reservados: David Angel Cuerzola.