Agacha la mirada,
cuando pase el soberano,
que aún antes de musitarlo, él lo sabe,
moras en su reino, sabes que te ama,
por eso agacha la mirada.
Esquiva sus ojos por un rato,
y recapacita…. ¿lo amas?
tus juicios te lo hacen negar,
pero lo amas, caso contrario no es,
reconoces los errores,
es porque lo amas, no temas,
y si agachas la mirada,
tu única condena ha sido
amar demasiado,
en el amor humano.
Ya has sido perdonada,
ya no agaches la mirada.