Ahora sé que se ha marchado,
Empurpurada vespertina.
Triste acepto que me ha dejado
Y que me hirió con su partida
Se le olvidaron los tristísimos
Recuerdos, mucho me lastiman,
De esos ayeres tan bellísimos
Que rápidamente ella olvida;
Mi vida es la noche lluviosa
En espera de un nuevo día
Vana esperanza en cruel derrota,
Entre eterna melancolía;
Ella me miró intensamente
Con lágrimas en las mejillas,
Luego, se marchó como siempre,
Dijo algunas cosas sencillas;
Se acabó la claridad suave
Se acabó toda mi alegría:
Se fue ligera aquella tarde
Cuando inició larga agonía…
Ya puedes leer y escuchar mis locuras en algunos de mis poemas en Poetas del Alma o en Youtube, donde
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Gracias de antemano...