Samuel Sánchez

El Club de los Miserables

La música ya no es suficiente para callar esa voz.
Me susurra lo miserable que soy.
Mis labios cellan todas aquellas palabras que tenga que ver con dolor.
Me gustaría hablar pero a la vez no.
Me ahogo con mi propia miseria.
Y la oscuridad de mi habitación me recuerda lo miserable que soy.
Trato de explicar mi sentir a mi confidente pero ya no es suficiente.
Ya no me trae esa satisfacción.
Esa liberación.
Me siento aún con mas dolor.
Pues siento su pesar, siento a sus demonios.
Siento que al momento de hablar la lastimó aun mas de lo que probablemente está.
Se que soy un miserable mas del montón.
Mi mente juega con recuerdos filosos y me encaja uno de vez en cuando.
Esta vez me encuentro solo conmigo mismo.
Y con nadie mas.