Si levantas la vista al cielo
en una noche límpida,
y divisas en el firmamento
agrupaciones de estrellas por doquier.
Si haces esto en una madrugada
o tal vez en la noche oscura;
y notas que alguna de ellas
infunde fuerzas en tu ser
¡alégrate...! ¡ alégrate...!
pues la dicha que te llene
no la podrás comparar
a las actividades rutinarias
que te suceden día tras día,
y soñarás, y te creerás poderoso
y puedes pensar también que eres bueno.
Si no aceptas tu pequeñez,
en un universo tan inmenso,
poco valor tendrá cuanto poseas,
sean éstos bienes materiales,
ambiciones o anhelos pecaminosos
que impedirán tu elevación
hacia estados superiores.
Reconócelo...acéptalo...
son las pequeñeces,
las que nos hacen grande...
JUAN/ Rubens