Aquel día las luces se encendieron para ti,
Y mis ojos estuvieron tentados por tus movimientos.
Me dijiste que no me ocultase entre el ocaso,
Y que apagase las lágrimas de mi pasado,
Porque querías seducirme.
Me invitaste a otra cerveza más,
A la que no pude tentar emborracharme,
Y entonces bailamos en la pista de baile.
Tú intentaste seducirme con tus caderas.
Sólo querías eso.
Me llevaste a una habitación,
Y empezaste a desabrocharme
los primeros botones de la camisa.
Tus manos se deslizaban como una serpiente
En mi angosto torso.
Te desvestiste a toda prisa,
Pero yo me rehusé a aceptar.
Tu piel no se cansará de atraer a otros hombres,
A los que agradeciendo al cielo,
Desean tener una noche agradable.
Sólo querías emborracharme
En la mitad de la noche,
Para complacer tus sentimientos,
Mientras que mis piernas me temblaban.
Me cazaste como a un zorro,
aunque intentase escapar
entre las redes de tu laberinto.
Todo acaba en la noche,
Mientras que la luna viste de blanco
entre la espesa y oscura noche del tiempo.