¿De dónde vienes? ¿A dónde vas?
un retoño trasplantado al antojo
del floricultor caprichoso que te adora,
segura de sus tratos subsistes,
la naturaleza juega con las constelaciones
en el universo de tus pétalos,
para que no mueras, aunque no respires,
de tanto suspirar…
Pero hay días no floreados,
que los cielos se tiñen de lóbrego manto,
no encorves tus ánimos,
que has quedado fija en el subsuelo…
Si con las coreografías del viento
en el ballet de la vida danzas,
ya veo el emergente proceso de tus pétalos,
has camelado a mis manos con el ramillete
que me has permitido arrancarte.