El Quijote de la Rosa

A mi hija...

La vida, ese eterno peregrinaje,  esa eterna manera de nacer y morir cada día, esa unica e irrenunciable manera de sentirse vivo que es el caminar detrás de la utopía. La vida, que es la nuestra y no la de los otros, porque cada uno debe cargar con sus huesos y sus sueños y si ellos coinciden con los de alguien, andemos juntos esa parte del camino, para que la vida nos enseñe a ser felices cada amanecer.

La vida, ese instante de felicidad, ese momento de locura, en que dejamos de ser dos para transformarnos en un cuerpo con dos almas. La vida ese eterno desafio de correr tras la utopia de ser eternamente felices, sin comprender que la felicidad esta en el caminar los senderos del vivir y no en llegar a la cima.

Un abrazo enorme de tu viejo  padre