Parecían seres minusválidos,
Estaban sus cuerpos encogidos,
Sus rostros muy pálidos
Aunque sus pechos tenían erguidos.
Era increíble su sometimiento,
Eran sus mentes y cuerpos escuálidos,
Por la falta de pan y conocimiento,
Sus ideas y argumentos eran inválidos.
No había fuerza en sus voces,
Se escuchaba de ellos un latoso bullicio
Como de salvajes y fieras feroces,
¿Qué más podía ser? Habían perdido el juicio.
Copyright Milye Florian