Te cruzaste en mi camino,
escudriño los lugares
que nos vieron pasar,
tus huellas diluidas
en ese espacio cotidiano.
Llegó el invierno
se desvaneció la primavera
marcho otro verano y
hubo atisbo de otoño,
muchas lluvias conocieron
de tu ausencia.
Cierro mis ojos
procuro encontrar
tu imagen en algún espacio
de las neuronas,
pero estás perdida
en algún recodo de mi inconsciente.
Mis manos recuerdan fugazmente
tu cara y tu cuerpo,
disueltos en el tiempo
como gotas en la ventana.
Sin embargo...
sí estás como si fuera ayer,
como aquel día,
como sí el tiempo
no hubiera transcurrido,
entera tu imagen
en mi optimista corazón.
Juan Bacot