El recuerdo que pasa adormilado
se despierta de pronto lentamente;
y nos trae de forma recurrente
el ensueño que fuera mutilado.
Y por eso si nace desbocado
otro sueño precioso y refulgente;
disfrutemos su rayo incandescente
aunque lleve por rumbo equivocado.
De la vida vivamos embelesos
sin mostrarle temor al gran destino;
esperemos con calma los sucesos
que nos puedan surgir por el camino;
pues podemos quizás salir ilesos
de su juego que a veces es ladino.
Autor: Aníbal Rodríguez.