SONETO 92
Los blancos lilios que de ciento en ciento,
hijos del Sol, nos da la Primavera,
a quien del Tajo son en la ribera
oro su cuna, perlas su alimento;
las frescas rosas, que ambicioso el viento
con pluma solicita lisonjera,
como quien de una y otra hoja espera
purpúreas alas, si lascivo aliento,
a vuestro hermoso pie cada cual debe
su beldad toda. ¿Qué hará la mano,
si tanto puede el pie, que ostenta flores,
porque su esplendor venza la nieve,
venza su rosicler, y porque en vano,
hablando vos, expiren sus olores?
LUIS DE GÓNGORA