Esmeralda Zamorano

Silencio.

 

Nadie necesita de mis voces, de mis senos o de mis lágrimas, nadie quiere mis voces, mis senos o mis lágrimas y luego de eso, no soy nada. 

Volver a tener gusanos en mis tripas, ver el veneno entre mis costillas y si no me queda tiempo, me conformó con oler la sangre desprendida de aquellos que en mi pasado se aprovecharon. 

En otros tiempos ya estaría quemada por ser bruja o no amada, estaría muerta por no amarme, por no sentirme ni tocarme, estaría quieta entre los fuegos de mis carnes. 

Dudo también de mi pasado, de la niña que nunca fui y de la mujer que jamás llegare a ver en el reflejo de los mares. 

Los ruidos de los lamentos, no me dejan pensar con claridad. La noche es larga, aún quiero ver que pasa pero si llegase a pasar, lo siento. 

La cosa es el silencio, eso es lo que me gusta y eso es lo que quiero... Hacer el amor con el silencio eterno, tener engendros demoníacos y depositarlos en mis mentes desconocidas, sentirme palidecer y ya no ser.