Por los campos de Castilla
en la ruta del camino
no hay sombra que te proteja
el andar se hace cansino.
El sol te quema la cara
te ciega y no ves el norte
en los pies te salen grietas
en la espalda pesa el porte.
Por fin diviso a lo lejos
las sombras de un viejo sauce
un río de aguas muy claras
los reflejos en su cauce.
Después de saciar mi sed
hago un alto en el camino
al sentarme sobre el tronco
allí me quedo dormido.
Se inclinan sus largas ramas
a susurrarme al oído
historias de aquellos lares
que han vivido peregrinos.
Una vez en nuestra vida
has de vivir el camino
has de cumplir tu promesa
y una vez ser peregrino.
Classman