Mil razones en tosco artificio
han parido un miedo sobre-protector,
y este es al fin un sistema de resguardo
que bien ha hecho su morada
en lo recóndito de tu corazón.
Para no reiterar la senda, emerge el miedo,
cuando quieres beber el mundo, más miedo,
cuando el fuego te ciega hacia la muerte,
más miedo, más miedo y más miedo…
estridente miedo alimentado de vivencias,
desconfianza plena incluso del sol,
aún cuando del astro dependes
para ataviar de lozanía a tus pétalos,
pero al fin es un miedo esperanzador
bajo la promesa de un día dejarte amar.