La musa del poeta
El poeta:
Y aquí me tienes, mirando tu sonrisa, arañando tus canciones, añorando tus caricias, rezando por un puñado de horas prestadas, rogando por el simple hecho saber de ti. Ver tu gran corazón de nuevo me reconforta, me llena saber que tienes un pedazo de mi removiéndote por dentro, un regalo abrazado a tu cuello, una semillas germinando tu corazón, me sabes a todo cuando ya no espero nada. Necesito mas de una vida para poder amarte, no me alcanza tanto sentimiento para expresarte en palabras, el cariño brota por si solo porque tu lo fermentaste dentro de mi.
Y así vivo con una parte de ti dentro de mi, acompañándome en cada aliento, en días de sol y de lluvia, en todas las estaciones del año, en lo que me quede de vida.
Jamas podrás entender lo mucho que me faltas, porque cuando te sueño no existe insomnio que pueda fingir la palabra olvidarte.
Su musa:
Con respecto a lo q dices de mi, ya sabes lo que pienso, tu me conoces bastante, demasiado diría yo, pero me sobrevaloras, siempre estás “tirándome flores” y te lo agradezco inmensamente, agradezco la manera en que tus ojos me miran, la transparencia y el cariño con que tu corazón me siente. Podría decirte tantas cosas que has aportado durante todos estos años a mi vida, son muchísimas, aún sin quizás proponértelo, sin quizás quererlo, aún distanciados por completo, aún cuando me has “odiado”, no ha habido un instante en el que no haya sentido tu Amor, tu Devoción, tu Entrega, y te aseguro, que no tienes una idea de cuánto BIEN le hace a uno saberse y sentirse amado de esa manera. Al menos para alguien como yo, eso es vida, eso es un por qué amanecer y respirar y sonreír y tener las fuerzas y la motivación para comerse a ese mundo que nos espera afuera. Entonces, creo que ya puedes entender, el porqué decirte GRACIAS se me hace tan poquito. Necesitaría que se inventara alguna palabra que abarcase todo eso que tú me inspiras.
El poeta:
Como no tirarte flores si me place adornar las calles por las que caminas, como no mirar tus ojos si son ellos los que me miran, los que espero que me sueñen, los que quiero que me seduzcan, son tu propio reflejo en los míos, aún me debes todos los besos que me ofreciste por cada mirada. Todos estos años te he amado, te he odiado, te he sentido y te he deseado por encima de mi conciencia, salir de tu amor seria como morir en una catástrofe aérea sin posibilidad de recomponerse, de aterrizar que sea siempre en lo profundo de tu corazón.
Ella era la musa del poeta, lastima que para ella ese poeta finalmente no era yo.
Algunos recuerdos desvelan mas que el café porque son fuentes de muchos insomnios.
Todos somos memorias en la vida de alguien.
Jordi Etresi
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