Más sencilla, más sencilla.
Sin barroquismo,
sin añadidos ni ornamentos.
Que se vean desnudos
los maderos,
desnudos
y decididamente rectos.
Los brazos en abrazo hacia la tierra,
el mástil disparándose a los cielos.
Que no haya un solo adorno
que distraiga este gesto,
este equilibrio humano
de los dos mandamientos.
Más sencilla, más sencilla;
hazme una cruz sencilla, carpintero.
Autor: León Felipe