Hoy me acorde de ti
Era ese olor del perejil que crecía en tu jardín
Hoy me acorde de ti
Era tu silueta vagamente visible en mi memoria
Era tu voz entre el verde de tus montañas
El monte santo al que tú le llamabas
Hoy me acorde de ti
Era tu sonrisa escondida en los pliegues de tu sonrisa
Era tu sazón indescriptible del amar sin medida
Hoy me acorde de ti
Amor de mi vida
Amor de Abuelita
Hoy me acorde de ti