Te regalo mis besos
tan calientes como el fuego
húmedos como la lluvia,
ricos, inigualables y ajenos.
Te regalo mis caricias
para que te cubras en la noche
y te despierten por el día,
porque tengo en abundancia.
Te regalo la mirada
toda, mi bella doncella
para que te reflejes en ella
y quede tu imagen grabada.
Te regalo la sonrisa
que nace en el rostro al verte,
se iran las horas hasta amanecerme
si estás conmigo preciosa.