¿Un perro puede ser gato?
o ¿Un gato, perro?
Bien, esto suele suceder con los hombres,
dicénse comunistas
dirigiendo sus propias empresas
abusivamente explotadoras de los trabajadores;
otros aparecen como capitalistas recalcitrantes,
habiendo servido toda su vida al estado.
Estas dicotomías hacen del hombre perro creerse gato y viceversa.
Tal inconsistencia no tendría grandes inconvenientes para la sociedad
si se tratase de síndromes que se dan sólo para el común de los mortales;
el problema viene cuando tales espécimenes
ocupan puestos de poder.
Todo se ve afectado.