Su pensar lo ama,
y su corazón le recuerda,
el porque se fue,
lágrimas recorren su mejilla,
cada 24 de Abril.
Pasan algunos nostálgicos estíos,
y su cavilar lo sigue amando,
pero su corazón se rehúsa a olvidar,
aquel 24 de Abril.
Un nuevo corazón cupido viene,
y solo encuentra huellas,
de aquel 24 Abril.
El corazón herido, observa con suspicacia,
recordando aquel 24 de Abril.
El nuevo corazón trae consigo al tiempo,
la paciencia y un sublime altar,
un 24 de Abril.