Eres incandescente en mi pensamiento,
Prohibida semilla en la tierra de mi huerto
Musa secreta de las notas de mi silencio
Eres como el fuego, que brota desde mi pecho.
Eres el pálpito de cada latido sincero
En medio de mi bisoño, pero audaz tintero
Eres el alimento de cada respiro que llevo
En los días, las noches y todos mis momentos.
Eres como el reflejo de la tarde cuando se despide del cielo,
O la inocente frescura que te ondea en el desierto
Eres como el solitario baúl donde nunca morirás de hecho,
Y si preguntas por qué?
Te digo porque jamás se mueren los recuerdos.
Tal vez aún no hayas descubierto,
Las miradas rapaces que te recorren desde lejos
Tal vez aún no lo hayas hecho,
Porque eres como la américa
Mi continente nuevo.