Sé que la amnesia te acusa recibo,
por no decir a tu amigo mi nombre,
cuando tu bien sabes que fui el hombre,
que contigo durmió y no concibo,
ese pesar que en tu rostro percibo,
al verte feliz, tal vez por costumbre,
pero ojala mi verso no te asombre,
y mis labios no digan lo que escribo.
Es por eso que tu olvido de mujer,
es más doloroso, y se clava en mi ser
como una cruel y fría puñalada,
que se desliza sutil en tu mirada,
y ataca directo este viejo querer,
que muere, al verte con otro casada.