¡Cuánto recuerdo
aquellos momentos
acurrucándome en ti,
buscando el calor que necesitaba
en esos inquietos días,
entretejiendo con suavidad
mi azabache melena...
Cuando dibujabas mis trenzas,
susurrándome al oído
palabras sabias
y secándome con ellas
lágrimas ardientes
brotadas desde lo más
profundo de mi ser!...
Hoy, también necesito
de esos hermosos momentos...
pero..
¡no estás!...
Aún así, siento que me abrazas
desde la eternidad,
para mitigar mis vicisitudes!
Nhylath
(9 de mayo de 2020)