Yo advertí en tu pupila
ocasos y un cielo llover,
y ante la mustia mirada
de pronto empecé a comprender.
Caían heridas las hojas,
tus pasos se alejaban de mí,
volaban mis rotos pedazos,
en tristeza fatal me sumí.
El viento ha traído el recuerdo
que los años no supieron borrar.
Si en tus ojos, el sol ha surgido,
en los míos, comenzó a lloviznar.