Habrá callendo pesados párpados,
provocado por un beso robado
y rugiendo ferozmente los océanos;
previniéndonos males apresurado,
parándose el tiempo en orillas
fragméntase en astillas alma mía.
Golpeada por el choque de las olas
formar arena destruyéndome toda,
ahora mi cuello entre mis manos,
crepúsculo cerniéndose apresurado.
A mí ya me mató este espejismo,
el vaivén que me choca no importa
arrastrada por mí vulgar cinismo;
siempre supe que mi vida fue corta