Piensan acaso en mi insano juicio
o en la ingenuidad propia de los niños
porque me ven absorta con las palmas juntas
en devoción reservada para los santos
Creen que profeso inútil idolatría
porque mis manos nunca ablandarán la roca
ni mi voz penetrará hasta su núcleo
murmuran que padezco de algún trastorno
por mis mejillas arreboladas y sonrisa plena
velando en vano ante una tumba
¿Qué saben ellos en sus mezquinos goces
lo que siempre las apariencias guardan?
esa estatua que tan inerte creen
es un genio que así se encubre
y si de hinojos me ven mientras circulan
es porque soy custodio de su secreto
¿Qué saben ellos de noches tormentosas
o del frío que se colaba a mi alma?
una palabra mía basta para activar su magia
y una bruma me aisle de sus censuras
en sus palmas brota oloroso musgo
de sus dedos cascadas que me bañan
sus ojos cargados de topacios
en mi se posan, son mi cielo
¿Qué saben los críticos lo que la roca encierra?
¿Que saben de la incandescencia que yo hallo?
en sus venas fluyen claros de luna
de donde emanan hermosos versos
Son sus brazos la fortaleza donde me encierro
a desempacar mis cargas e inventarme juegos
es su ser el universo para mí creado
es la roca firme donde me asiento